Bean tiene un ojo y tres patas pero a ella no le importa en lo más mínimo. Es todo energía feliz. Y eso que no sabe la suerte que ha tenido porque a esta Grifón Belga alguien la tiró como si fuera basura, o peor... la tiraron desde un coche en marcha. Menos mal que justo en ese momento, una buena persona pasaba por allí.
Llevaron a Bean al veterinario: perdió un ojo y posteriormente tuvieron que amputarle una pata pero esta pequeña demostró que tenía muchas ganas de seguir viviendo y ladrando y disfrutando...
Y comiendo, sobre todo comiendo :-)
Bean fue adoptada por la misma familia que la rescató cuando otros la desecharon. Y ahora es un vivo ejemplo de la naturaleza de los canes, capaces de adaptarse a la velocidad del rayo a la vida con una pata menos, un ojo menos... Ella solo sabe lo que es ser feliz y querida, devolviendo esa felicidad a los que están a su alrededor.
Y si entráis entenderéis porqué le alegra el día a cualquiera, ¡esas caras!
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