Un juez acaba de dar la razón a El Refugio en la demanda que interpuso Juper, una de las empresas que prestan servicio de seguridad en el Metro de Madrid, después de que la protectora denunciara las malas condiciones de los perros de seguridad.
En El País explican que la denuncia inicial se produjo hace cuatro años. Entonces, El Refugio recurrió a la justicia tras conocer la historia de un perro que había sufrido heridas sangrantes, teorícamente por el uso continuado collar de pinchos que llevaba. ¿Quién informó de las condiciones en las que trabajaban los canes? Los propios vigilantes de seguridad.
Como prueba del maltrato continuado, desde El Refugio aportaron las hojas de ruta de la propia Juper, que certificaban que "algunos animales hacían jornadas de trabajo de 18 horas ininterrumpidas, sin la alimentación adecuada, y sufriendo varias horas de transporte en jaulas reducidas y sin la ventilación adecuada."
En este vídeo de El Refugio podéis ver su versión de la historia. Merece la pena, aunque da hasta miedo.
¿Cómo puede un fiscal decir algo así? Las heridas de los canes -para él, 'bestias'- son "las que sufre cualquier trabajador normal por desgaste".
Después de escuchar esto no es de extrañar que en España no sea posible ir con perro en Metro. Y que califiquen a los canes de "maletas" en la EMT.
